Página Principal

jueves, 15 de diciembre de 2016

¿Es verdaderamente un delito?



Esta semana los medios de comunicación informaban de la detención de una persona vecina de un pueblo de la provincia de Zaragoza por apuñalar una vaca e incitar a los perros que lo acompañaban a ensañarse con ella. Por estos hechos, al presunto autor se le acusa de un supuesto delito de maltrato animal y daños.

 La detención se llevó a cabo después de haber puesto en marcha una investigación tras tener conocimiento de estos hechos al haberse difundido por diferentes vías un video que mostraba la referida situación.

Y frente a la repercusión mediática de este asunto, analizamos pormenorizadamente la situación para demostrar que estos hechos quizás no sean delictivos y mostrar la realidad: un hecho accidental en el transcurso de una montería.

 A poco que se conozca el mundo de la caza en España se podrá advertir que esas imágenes muestran el agarre de los perros de una rehala, dándose la circunstancia que el animal que ha sido apresado no es una pieza de caza mayor como pueda ser un venado, cierva, jabalí, gamo o muflón por ejemplo, y en su lugar nos encontramos a una vaca de alguna de las razas autóctonas que existen en España. Estos hechos son circunstanciales y no achacables precisamente a la práctica cinegética pues los animales en ocasiones, se escapan del ámbito en el que se suelen encontrar (un establo, un cercado, una parcela) bien por su propia voluntad o por una irresponsabilidad del propietario o criador.

 Si nos fijamos detenidamente en las imágenes podemos apreciar en la mayoría de los perros el collar o divisa identificativo de la rehala, y en los rehaleros toda la indumentaria y elementos propios necesarios para llevar a cabo esta modalidad de la montería española: chaleco reflectante de color llamativo para poder ser divisado en el monte, puñal o cuchillo de remate, walkie-talkie para comunicarse con la organización de la montería, etc.

 Así pues, los hechos que se denuncian están sacados totalmente de contexto. Esta situación forma parte de la tradicional montería española , habiendo incluso obras pictóricas que así lo han reflejado a lo largo de la historia.


Si el rehalero se encargó de rematar a la vaca a cuchillo, tal cómo se suele hacer en estas circunstancias, lo hizo para tratar de no agravar el sufrimiento del animal una vez que los perros la hubieran apresado y no le dieran suelta. Esta práctica es lógica y habitual en las monterías con todas las piezas de caza mayor cuando esto sucede, y tiene como objeto impedir, precisamente, que un animal acabe malherido y abandonado a su suerte en el campo agonizando.

 Nuestro Código Penal, tras su reciente modificación, ha establecido el delito contra el maltrato animal, que establece lo siguiente:

“Será castigado con la pena de 3 meses y 1 día a un 1 de prisión e inhabilitación especial de 1 año y 1 día a 3 años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de animales, el que por cualquier medio o procedimiento maltrate injustificadamente, causándole lesiones que menoscaben gravemente su salud o sometiéndole a explotación sexual, a un animal doméstico o amansado, un animal de los que habitualmente están domesticados, un animal que temporal o permanentemente vive bajo control humano, o cualquier animal que no viva en estado salvaje.”

Teniendo presente lo que dispone el artículo ahora cabe hacer las siguientes reflexiones:

  • ¿Era esa vaca un animal doméstico? ¿Era una res brava? ¿Era una res de raza morucha, que llegó a embestir? ¿Estaba domesticada? ¿Vivía en estado salvaje?

  • ¿Tiene alguna responsabilidad el propietario de la res, en caso de haberse escapado?

  • ¿Estamos verdaderamente ante un presunto delito de maltrato animal?

Lo que está claro, y resulta evidente, es que se han denunciado unos hechos, se han perseguido y se han propagado mediáticamente sin tener un conocimiento real del contexto en que los mismos se han producido dando por cierto algo que quizás no lo sea.

Nota 

Aportamos un glosario de términos cinégeticos:

- Montería: Modalidad de caza mayor.

Rehala: Grupo armónico de perros, de diferentes razas, que intervienen en la batida de una mancha en montería, encargándose de buscar la caza, arrearla, colocarla, acosarla y apresarla.

Remate: Dar muerte a cuchillo a una res que previamente ha sido apresada por los perros y que ya se encuentra herida, con objeto de evitar prolongar su sufrimiento.

Agarre: Acción que ejecutan los perros de caza cuando de forma conjuntamente apresan una res, inmovilizándola.


No hay comentarios:

Publicar un comentario